A las 13.00 horas se ha desplomado parte del ficus de la plaza Santo Domingo de Murcia
Según los testigos presenciales, se ha oído un ruido muy fuerte y el árbol ha caído sobre el edificio de enfrente, en la tercera planta
Posteriormente, se ha ido derrumbando hasta quedar empotrado en la puerta de la heladería Llaollao
A pesar de las informaciones que se han difundido por redes sociales y Whatsapp, no hay ningún fallecido, según confirman fuentes oficiales
Solo una chica de 16 años ha resultado herida en la cabeza. Otra joven ha tenido que ser atendida por una crisis de ansiedad
El árbol es de 1893 y supera los 30 metros de altura
Un servicio externo al Ayuntamiento de Murcia se encarga de revisar el estado de los árboles de la plaza. El último control se efectuó hace 4 semanas
En torno al 40% del árbol se ha visto afectado por el desplome
Las ramas desprendidas pesan en total entre 12 y 15 toneladas
De hecho, la rama caída de mayor tamaño mide unos 9 metros; la altura total del ficus es de 30 metros
Los servicios de emergencias señalan que hay dos atendidos por crisis de ansiedad
De momento, la plaza sigue cerrada al paso y los negocios de la zona permanecen con la persiana echada
Al menos cuatro camiones de gran tonelaje está siendo utilizados para retirar las ramas caídas. Mientras, los bomberos siguen revisando fachadas y balcones, ya que algunas ramas se han colado, incluso, dentro de las viviendas
El ficus tenía un sistema de anclajes especial que unía las ramas para prevenir desprendimientos
Los toldos de las terrazas y todo el mobiliario urbano de la zona han quedado destrozados como consecuencia del incidente
"He visto cómo caía el árbol y me ha dado un vuelco el corazón", señala Mariano Guillén, uno de los trabajadores del bar Tombalaire, en la Plaza Santo Domingo. "He oído como se resquebrajaba; si llegan a ser a las ocho de la tarde se lía gorda", añade
Los bomberos se retiran ya de la plaza de Santo Domingo. Permanecen los operarios retirando los restos
"Cuando nos hemos asomado a la ventana se veía una nube de polvo blanco", señalan los abogados Javier López, José Mateos y Ana Moreno, que tienen despacho en la misma plaza. "Se nos ha acercado un policía y nos ha preguntado si escuchábamos a alguien".
Roberto, propietario de la cafetería Martínez, fue otro de los trabajadores de la zona que acabaron con las manos ennegrecidas de retirar ramas para descartar la peor de las noticias. "Se ha oído un estruendo muy fuerte y ha dado tiempo a que la gente se refugiara en los locales", contaba aliviado
Vecinos y testigos coinciden en que "ha sido un milagro" que no se hayan producido apenas daños personales